Monografias.com > Sin categoría
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

El género: ¿una temática única de las Ciencias Sociales? (página 2)



Partes: 1, 2

Como seres histórico culturales, somos portadores
de una historia familiar y grupal que actúa como referente
de nuestras concepciones, valores, actitudes y comportamientos;
pero, al mismo tiempo, en nuestras relaciones sociales en general
y en las de género en particular, influyen las ideas y los
procesos de la época en que vivimos; por ello los
comportamientos de género no son estáticos: cambian
a través del tiempo, y por eso existen diferencias de
género condicionadas por diferencias generacionales.
Nuestro comportamiento de género es distinto al de
nuestros padres y madres, al de nuestros abuelos y abuelas. Del
mismo modo, el comportamiento de género de nuestros hijos
e hijas será diferente al nuestro.

El género encuentra diversas vías de
expresión. A nivel individual, condiciona la perspectiva
individual con que se percibe e interpreta la realidad. Se
expresa como identidad y rol de géneros, como forma
indiscutible de su ser sexuado, sostenida sobre la base de
diferencias anatómico sexuales. Se manifiesta
además, a través de los símbolos de la
cultura, las representaciones sociales, la influencia
institucional, los conceptos normativos, conformando toda una
serie de exigencias sociales que modelan la subjetividad en el
proceso de socialización, sin dejar de tener en cuenta el
papel activo del ser humano. Establece las relaciones de poder
unilaterales de dominación masculina contra
subordinación femenina. Esta categoría es en
sí misma discriminatoria y promotora de desigualdad, en
tanto se encasilla a las personas y se les pone en
contradicción con sus deseos, limitando sus
potencialidades.

La estructura e ideología del
patriarcado,[1] presente durante siglos en todas
las sociedades, ha otorgado mayor valor y estatus a las
actividades y funciones asignadas socialmente a los hombres y ha
dado como resultado relaciones de poder entre las personas de uno
u otro sexo, basadas en jerarquías y relaciones de
opresión-subordinación en las cuales,
históricamente, las mujeres han llevado las desventajas;
de ahí que no sea casual que sean de las mujeres y del
movimiento feminista mundial — que alcanzó su
más amplio desarrollo en la segunda mitad del siglo XX
— de quienes provengan los principales aportes a la
teoría del género.

Las desventajas de las mujeres se expresan en muchos
campos y ámbitos de la vida, desde la desigual
asignación y asunción de los roles en el hogar, en
el empleo, en la toma de decisiones, las desiguales oportunidades
de acceder al conocimiento y por tanto a la producción
cultural y científica de cada época, hasta la
invisibilidad de su presencia en los principales sucesos y
acontecimientos históricos donde han participado o han
desempeñado los roles menos valorizados.

Aun cuando las mujeres no son iguales en sus
actividades, habilidades, deseos y comportamientos y, por
supuesto, tampoco son iguales todos los hombres, desde los
estereotipos sexuales se generalizan juicios y se han construido
exigencias a los grupos humanos según su sexo. Un ejemplo
de estos estereotipos es la creencia de que las mujeres, por
naturaleza, por el hecho de tener la función
biológica de gestar y amamantar, tienen más
aptitudes que los hombres para cuidar y atender a los
hijos.

El género en
la investigación social

Desde la década del 70 el género se ha
incorporado en la investigación social como una
categoría de análisis que se entrecruza con otras
tales como: clase, raza, etnicidad. En la complejidad de
relaciones que integran el tejido de lo social, los
comportamientos de género, las maneras de asumirse como
hombres o mujeres, las diferencias de gustos y aspiraciones y las
relaciones que establecen unos con otras están
determinados también por la condición de clase, y
por la raza o etnia de la que somos parte.

La incorporación de la categoría
género a la investigación ha contribuido a iluminar
este complejo panorama de lo social dotando a los estudiosos y
las estudiosas de un aparato conceptual de análisis. En
este esfuerzo se ha operacionalizado la categoría
análisis de género. El foco del
análisis son las relaciones entre los hombres y las
mujeres y su eje es la identificación de las diferencias y
desigualdades en estas relaciones.

El análisis de género es el proceso
mediante el cual se identifican las diferencias y desigualdades
en las relaciones entre los hombres y las mujeres, se visibilizan
las relaciones de poder y se trazan estrategias para mejorar la
posición de la mujer y cambiar las relaciones
desiguales. Hay varios niveles de análisis de
género, como hay varios niveles de análisis de lo
social, en general. Mientras que el análisis de
género en el diagnóstico de la comunidad nos ayuda
a entender cuáles son las relaciones de poder que existen
en la misma, el análisis de género del proyecto
nos ayuda a visibilizar cuál sería el efecto del
proyecto sobre estas relaciones de poder
con vistas a
identificar estrategias y desarrollar intervenciones para
equilibrar la inequidad existente o al menos no agravarla. Si no
se intenciona la perspectiva de género, muchas veces este
efecto permanece invisible, y no tomamos en cuenta si estamos
mejorando o empeorando la equidad entre la población que
participa.

Algo nos queda claro y es que para poder llegar al punto
del análisis del género al nivel social comunitario
han tenido que transcurrir varios años de estudios y
dedicación a esta temática, de esta manera los
estudios de género fueron iniciados desde la
antropología y luego se extendieron a la
Sociología, Psicología y otras ciencias. Las
investigaciones de hoy no han tenido que desafiar las oposiciones
y resistencias de un pensamiento puramente machista, lo que no
quiere decir que el camino es fácil, en la actualidad
aunque se ha avanzado en los estudios del género
todavía se mantienen posturas de resistencias y se trata
de enmascarar las dimensiones de ese pensamiento machista que por
mucho tiempo permaneció sin ser cuestionado y que hoy se
ve disfrazado en conductas que aparentan ser de "buena voluntad"
para continuar con una estructura de poder que limita el
desarrollo equitativo entre hombres y mujeres y que por primera
vez en mucho tiempo se ve amenazado. Sin embargo queda un largo
camino por transitar para lograr una crítica consciente
del género en los tres niveles de expresión de la
subjetividad humana( individual, grupal y social).

Los estudios de género en las ciencias sociales
me hecen pensar en utilidadad del Enfoque Histórico
Cultural que desde sus principios, problemas y categorías
nos permite comprender esa relación especial, peculiar
única e irrepetible que establece el ser humano con su
entorno a través de la cual lo social se transforma en
invidual y que se denomina Situación Social del
Desarrollo, a mi modo de ver esta categoría resulta
esencial para comprender como niñas y niños,
mujeres y hombres han asimilado las diferentes
características que la sociedad asigna en depencia del
sexo, del mismo modo la categoría viviencia nos permite
conocer la relación afectiva que el individuo establece
con su entorno en dependencia de cómo asuma esas
asignaciones que están pautadas desde lo cultural. No es
mi intención detenerme a detallar los diversos aportes que
este enfoque nos puede proporcionar a la hora de investigar sobre
el género pero es necesario precisar que para poder
comprender en toda su dimensión lo que ha significado el
género a lo largo de la historia y de las diferentes
culturas es preciso tomar en cuenta este enfoque.

Si bien es cierto que desde las ciencias sociales hay
una apertura a los estudios e investigaciones de este tema
todavía nos resta mucho por hacer en una de las partes
más complejas de nuestro trabajo como investigadores
sociales que es la intervención a través de
programas o estrategias que permitan desarrollar una conciencia
crítica acerca del género y las relaciones entre
mujeres y hombres porque cuando nos adentramos en la cotianidad
estos hay una diferencia sustancial entre lo que expresan en sus
discursos y lo que verdaderamente sienten y aunque la vida
cotidiana no está codificada implica la presencia de
contradicciones y por tanto de conflictos a resolver, que generan
malestares desde las contradicciones entre las necesidades de
desarrollo de los individuos y los roles asignados – asumidos a
partir de los modelos tradicionales que tienden a perpetuarse.
Malestares que se sufren, pero que no se analizan ni cuestionan
porque se consideran normales, que no generan demanda
explícita, ni tienen interlocutor válido, pero que
implican, sin embargo, altos costos de salud, al decir de Mirtha
Cucco Abreu en la Metodología de los Procesos Correctores
Comunitarios. Esta metodología pone su mirada en esos
malestares de la vida cotidiana que no entran en una
epidemiología clásica por parecer obvios,
naturales, pero que generan estados de insatisfacción y
dentro de los cuales se enumeran los provocados por las las
diferencias del genero, por este motivo resulta tan complicado
acceder a la subjetividad de las personas para lograr una nueva
percepción de este proceso que nos a afectado tanto a lo
largo de muchos años.

Asumir todo lo legado desde lo sociocultural y 
arrastrar con los costos de esta asunción, produce un alto
nivel de inconformidad en hombres y mujeres. Un cambio en la
perspectiva de género, una redefinición de los
roles e identidades masculinas y femeninas, debe implicar una
transformación profunda en las creencias, actitudes, y
junto a ello, en los modos de actuación en las diversas
esferas de la vida cotidiana. Los cambios y la
flexibilización que se están produciendo en los
roles desde hace algunos años, han marcado un encuentro
diferente entre hombres y mujeres. La superposición y la
permeabilización de estos papeles femeninos y masculinos,
en tanto no quedan bien delimitados y claros desde la forma de
pensar, las actitudes, los sentimientos y la actuación de
uno y otro sexo en diferentes ámbitos, producen
ambigüedad, contradicción entre lo asignado
culturalmente, lo asumido, los emergentes de cambio y los
reclamos de un sexo a otro.

Hoy el cambio se hace inminente y constituye una
emergencia social, ya que lo asignado tradicionalmente desde los
roles a hombres y mujeres no es asumido por muchos con la
conformidad y pasividad que caracterizaban los tiempos más
antiguos. Sin embargo, la transición a una forma de
relación menos dicotómica y asimétrica entre
los sexos y por ende la ruptura de lo tradicional, aún se
torna difícil al encontrarnos anclados en una sociedad
patriarcal que se resiste al cambio.

Por tanto constituye un reto para nosotros como
investigadores sociales u otros investigadores que puedan estar
interesados, continuar desarrollando estudios sobre el tema ,
profundizar en las relaciones que se establecen en mujeres y
hombres a partir de los roles asignados por la sociedad para cada
sexo, lograr una reflexión crítica en mujeres y
hombres acerca del género y sus particularidades, poner en
práctica programas de intervención que
particularicen en la cotidianidad de ambos sexos y logren romper
con la familiaridad acrítica con la que hemos convivido
por tantos años.

Teresita de Barbieri en el artículo "algo
más que las mujeres adultas. Algunos puntos para la
discusión sobre la categoría género desde la
Sociología", plantea que "los desafíos parecen ser
grandes, porque la investigación muestra que las
construcciones sociales sobre los cuerpos sexuados tienen una
amplia extensión y permean todas o casi todas las
áreas de organización, de la vida y la
acción social", criterio que comparto porque nuestro
comportamiento se halla influenciado por las construcciones
sociales asignadas por las diferentes culturas a los sexos,
considero que la autora declara algo muy importante aunque no de
forma explícita y es la necesidad de investigar con un
enfoque de género todos los hechos y actividades de
mujeres y hombres, es por eso que el desafío es grande
porque el género no es solo tema de investigación
de las ciencias sociales sino que debe tomarse en cuenta como
referencia en todos aquellos estudios donde mujeres y hombres
(sus relaciones y actividades) constituyan la unidad de
análisis.

Los diversos estudios sobre el género desde
tiempos muy remotos hasta la actualidad permiten percatarnos de
la demanda, la necesidad, el reclamo de trascender los
límites, de proponernos ir más allá de lo
socialmente está permitido , de realizar investigaciones
en mujeres y hombres con la intención de promover cambios
que deconstruyan lo que la sociedad a pautado para los individuos
en dependencia de su sexo, terminar con las relaciones
dicotómicas cada vez más frecuentes para dar paso a
relaciones más equitativas que produzcan
satisfacción y bienestar en ambos sexos.

A los investigadores de hoy nos ha tocado vivir un
momento histórico diferente al de algunos años
atrás, pero con retos no menos importantes y exigencias de
un elevado nivel, quizás nuestras investigaciones son
nuestras armas principales pero es ne3cesario darl3s una nueva
reconceptualización, centrar nuestra mirada en el
género como referente que puede dar un giro en los
resultados que se obtienen en las investigaciones, no solo desde
las ciencias sociales sino en todos los campos de
investigación humana, porque es imprescindible en todas
las áreas en las que se relacionan mujeres y hombres.
Considero que esta apertura a los estudios de género no es
casual es una exigencia del nivel social, un reclamo de la
individualidad de cada persona ya sea mujer u hombre.

Bibliografía

  • 1. Barbieri, Teresita. Sobre la
    categoría género. Una introducción
    teórico-metodológica, en Fin de siglo y cambio
    civilizatorio. Ediciones de las mujeres, Nº 17 Isis.
    Santiago, 1992.

  • 2. Barbieri, Teresita. Algo más que las
    mujeres adultas. Algunos puntos para la discusión
    sobre la categoría género desde la
    Sociología". Material en soporte digital.

  • 3. Domínguez, A. S. A. "Cuerpo y
    Climaterio". Una Propuesta de Programa de Intervención
    Comunitaria desde la perspectiva del Autodesarrollo. Tesis en
    opción al título de Master en Autodesarrollo
    Comunitario. Universidad de Oriente. Facultad de Ciencias
    Sociales. Departamento de Psicología, 2007.

  • 4. Fernández, R. Lourdes. Pensando en la
    Personalidad, tomo II. Editorial Félix Varela. La
    Habana, 2007.

  • 5. Lamas Martha. La antropología
    feminista y la categoría de género, en "El
    género: la construcción cultural de la
    diferencia sexual", (comp.). PUEG, 1996. México, pp.
    97-111.

  • 6. Montecino Sonia. Palabra dicha. Escritos
    sobre género, identidades y mestizajes.
    Colección de libros electrónicos. Universidad
    de Chile, 1997.

  • 7. Gayle Rubin. El tráfico de mujeres:
    notas sobre la "economía política del sexo.
    Pp44 En Marta Lamas: El Género la Construcción
    cultural de la diferencia sexual. Ed PUEG, México
    2003.

  • 8. Rebollar, S. M. Intervención
    Comunitaria. La Metodología de los Procesos
    Correctores Comunitarios. Una alternativa para el crecimiento
    humano en la comunidad. La Habana: CENESX, 2003.

  • 9. Vasallo, Norma. "La
    evolución del tema Mujer en cuba" en revista cubana de
    Psicología. Vol 12 No 1-2. La Habana Cuaba,
    1995.

  • 10. Vasallo, B. Norma. Identidades en
    tránsito: cubanas de tres generaciones. Material en
    soporte digital.

DATOS DEL AUTOR

Lic. Yennys Salazar Mtamoro (Licenciada en
Psicología), graduada en la Universidad de Oriente en
Santiago de Cuba, en el año 2008; actualmente trabaja en
la Universidad de Granma en el Departamento de Psicología
como docente, además estuvo vinculada al Centro de
Diagnóstico y Orientación, cursa la maestría
en estudios de género; ha realizado varios estudios
relacionados con el Género y sus diferentes
aristas.

 

 

 

Autor:

Yennys Salazar Matamoro

Profesión: Lic.
Psicología.

Centro Laboral: Departamento de
Psicología, Universidad de Granma.

[1] El término
“patriarcado” se utiliza de distintas maneras para
definir la ideología y estructuras institucionales que
mantienen la opresión de las mujeres. Es un sistema que
se origina en la familia dominada por el padre, estructura
reproducida en todo el orden social y mantenida por el conjunto
de instituciones de la sociedad política y civil. La
estructura patriarcal promueve un orden social,
económico, cultural, religioso y político donde
el grupo, casta o clase compuesto por mujeres, siempre
esté subordinado al grupo, casta o clase compuesto por
hombres — aun si puede ocurrir que una o varias mujeres
tengan poder, incluso mucho poder como las reinas y primeras
ministras, o que todas las mujeres ejerzan cierto tipo de poder
como el que ejercen las madres sobre los hijos e hijas.

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter